José García Segura
En las elecciones de este domingo 28 en España, el izquierdista Partido Popular (PP) contrario a la monarquía, se alzó con la victoria.
En las elecciones de Mexico, el izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), contrario al gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI) llevó al poder a su fundador, líder moral, “presidente legítimo” y presidente constitucional de Mexico, Andrés Manuel López Obrador.
En mis clases de economía en el ITAM, los maestros Francisco Gil Díaz y José Ángel Pescador Osuna (fifís de la época e integrantes de la “mafia del poder” de entonces) desmenuzaban las tesis marxistas-leninistas.
Con ellos aprendí que el desempleo y la pobreza son un crimen social al igual que la corrupción y la falta de apoyo para el crecimiento de un país.
Quien primero usó este término fue Federico Engels para referirse a todo aquello que deteriora la calidad de vida de las personas (alto costo de alimentos y medicamentos, escasez de productos, inseguridad ciudadana…).
Crimen social es dejar morir niños en sus escuelas como sucedió en Tlalpan cuando Claudia Scheimbaum, la jefa de gobierno de la Ciudad de Mexico era jefa delegacional.
También:
Topilejo (1930). cerca del pueblo se encontraron cien cadáveres con huellas de estrangulamiento. Al parecer, eran simpatizantes del candidato presidencial José Vasconcelos. Desaparecieron tras el atentado al presidente Pascual Ortiz Rubio.
Tlatelolco (1968); Jueves de Corpus (1971); Aguas Blancas (1995); Acteal (1997); San Fernando (2010); San Fernando (2011); Tlatlaya (2014); Ayotzinapa (2014) y, Minatitlan (2019).
Bueno, crimen social son los niveles elevados de arsénico en las aguas Peñafiel, que los ahorros de toda una vida se esfumen por la inflación, sacar a María Guadalupe de la estación Tacubaya del metro de la Ciudad de Mexico y dejarla morir.
Crimen social es atacar a los inconformes con el régimen, tener excusas para todo y querer convertir a Mexico en país de un solo hombre.