José García Segura
Al secretario de Seguridad, el priista-panista-morenista Alfonso Durazo lo esperan en el Senado el día 28 y dos días
después, en la Cámara de Diputados para que informe lo ocurrido en
Culiacán, Sinaloa, la semana anterior.
Como particular del malogrado candidato presidencial del PRI, Luis
Donaldo Colosio y particular, a su vez, del presidente panista Vicente
Fox, Durazo conoce muy bien el teje y maneje del poder en nuestro
país, solo que como dice el dicho, “al mejor cocinero se le va un
tomate entero”.
Como jefe de los cuerpos civiles de seguridad no supo con quien se
metió, pero los ofendidos se encargaron de decírselo: el Cartel de
Sinaloa, jefaturado por los hijos del Chapo, quien se fugó del penal
del Altiplano estando Durazo de funcionario en Los Pinos y siendo
secretario de Seguridad en el gobierno del PAN Alejandro Gertz Manero.
Previo al operativo fallido ejercito-narcotraficantes en Culiacán la
semana anterior, hubo dos masacres: en Iguala, Guerrero y en
Aguililla, Michoacán.
Fallido, según calificativo del secretario Durazo “[…] no hay estado
fallido, lo que hubo fue un operativo fallido”.
“Deficiente e improvisado” en palabras del general secretario de la
Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, a quien por cierto no
tomaron en cuenta para el ataque cuyo saldo es ahora de 14 muertos.
Congresistas del PAN denunciaron ante la Suprema Corte al presidente
Obrador y al secretario de seguridad por dejar libre a Ovidio Guzmán
además de que le exigieron la renuncia.
Veamos que dice durante su comparecencia ante el Pleno de diputados el
miércoles de la semana entrante pero antes, el lunes 28, ante el pleno
senatorial.
Cuando detalle el enfrentamiento de Sinaloa entre militares y
narcotraficantes no pasará nada.
¿A cambio de que liberaron a Ovidio Guzmán López?
¿Qué dirá del pánico y del terror que vivieron los pobladores?
¿Tendrá ya el recuento de daños materiales?
¿Quién ordenó entregar la plaza a los criminales?
¿Quién es el inmediato responsable del fallido operativo del jueves 17
en Culiacán?
Como dice el fiscal general de la República, “no es un asunto fácil”.
Bueno, nadie ha dicho que lo fuera.
—ooo—