José García Segura
En otro tiempo, la inmensa mayoría de los mexicanos fincaba su porvenir en un cachito de la Lotería Nacional.
Hoy, esa parte del billete es motivo de burla desde que Andrés Manuel López Obrador anunciara la rifa-no rifa-del avión presidencial y ofreciera, en 500 pesitos, las seis millonésimas posibilidades de ganar uno de los 100 premios de 20 millones de pesos cada uno.
Queriendo y no, entre los primeros apuntados figuran hombres y mujeres “los más ricos de México” a quienes el presidente les ofreció una cena consistente en chocolate y tamales con sabor a chipilín (en hoja de plátano, parecidos a los oaxaqueños) tal como se acostumbra en Chiapas, Yucatán y Tabasco.
El “pueblo sabio” tendrá que esperar hasta el 1 de marzo para abonar sus ilusiones.
Carlos Slim y María Asunción Aramburuzabala flanquearon al mandatario en la mesa principal del Salón Tesorería de Palacio Nacional.
Carlos Bremer, Emilio Azcárraga, Daniel Servitje Miguel Alemán y Olegario Vázquez, en lugares destacados.
Vicente Yáñez, Carlos Peralta, Alejandro Ramírez, Antonio Suárez, Bosco de la Vega, Benjamín Hernández y Humberto Garza, entre otros, también en preferente.
Carlos Salazar, del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) justificó el fin de la sana distancia entre el poder político y el dinero.
Nada se sabe del planteamiento presidencial pero seguramente detalló el crecimiento de nuestra economía, la forma en que ha abatido la inseguridad y enfrentado la delincuencia, la generación de empleos y, la destacada presencia de México en el mundo. Faltaba más: un evento de esa naturaleza es para presumir la obra
pública y reconocer la industrialización gracias al nivel de inversión de los particulares.
A estas alturas el avión presidencial no se ha vendido porque, como ha sugerido Obrador, “no son tamales de chipilín”.
La mafia del poder que tanto criticó el mandatario depositó aquella noche, en charola de plata, su carta compromiso valuada en mil 500 millones de pesos; es decir, la mitad de lo que el gobierno de MORENA
espera obtener de la rifa-no rifa del TP-01, a realizarse el 15 de septiembre.
De cachito a cachito y en tanto el mandamás se entera de lo que acontece en la vida nacional, me quedo con lo que tarareaba el viejo Nat: Cachito cachito cachito mio…
Cachito…mío
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